martes, 25 de octubre de 2016

Paola & Sean: Mi primera boda online


El día que Paola me contó que se casaría, casi salto de emoción de la silla. No sólo porque siempre fue la más "incasable" de todas, sino porque sabía que Sean, era el hombre para ella. Con sus similitudes y diferencias, pero más que nada con su amor y aceptación por el otro. 

La boda sería en Texas y por cuestiones laborales no podría acompañar a mi mejor amiga; así que el día que me propuso hacer una videollamada durante la transmisión y le sugerí mejor hacer un streaming  desde YouTube, sabía que sin importar la distancia podría acompañar a Paola.

Hicimos unas pruebas que fueron un poco un fracaso. Pero busqué unos tutoriales y Paola otros y con Sean al fin pudo corroborar que todo iba a funcionar el mero día.

La transmisión inició y Sean y su familia estaban por todos lados saludando y haciendo pruebas. Se hizo un pequeño recorrido del lugar y obvio muchas voces en inglés se escuchaban en el fondo. Cuando Paola apreció, se veía hermosa. Aunque conocía su atuendo, accesorios, maquillaje y peinado con antelación, verla con todo junto caminando para que la ceremonia  diera inicio fue conmovedor. Las lagrimitas como en cualquier otra boda, se asomaron lentamente... Lágrimas de felicidad y de emoción, como las que salieron de ella cuando decía sus votos. La ceremonia fue bonita, sencilla, llena de amor entre los dos que se casaban.

Fue mi primera boda virtual. Nunca había asistido a una, así que el código de etiqueta era confuso. Mis amigas (amigas de Paola también) se reunieron en casa de una de ellas y se prepararon con botanas  y refresco para ver el ansiado evento. Era como ver una película o una obra pero de la vida real.

Yo en cambio la vi en casa a la par que tenía que resolver unos asuntos, pero la pantalla estuvo prendida todo el tiempo de la transmisión. Mi outfit estuvo acorde al clima de la ciudad, así que comodidad y frescura ante todo.

Creo que hubo hasta 19 computadoras al mismo tiempo conectadas. Un número alto pensando que no es una práctica muy común asistir a bodas desde YouTube. La conexión tuvo problemas, el audio no fue especialmente bueno y la imagen era mucho menos que nítida, pero a pesar de eso, uno (al menos lo digo a modo personal) pudo sentirse parte del evento. Eras una invitada más y podías sentir estar ahí.

Paola siempre ha renegado de la tecnología y yo desde que comencé a estudiarla (es decir a entenderla) siempre la he defendido, precisamente por ejemplos como el de esta historia. Creo que la tecnología nos permite hacer cosas como asistir a una boda o ser parte de un mundo que es mucho más grande que nuestra realidad. No quiero caer en determinismos, pero ESTAR en la boda de Paola y Sean ha sido un momento muy importante en mi trayectoria tecnológica. 

Espero de todos modos, asistir en lo sucesivo a más bodas OFFLINE que ONLINE porque definitivamente pierdes muchas cosas más que cuestiones técnicas; por ejemplo nunca llegas a probar el banquete, ni el pastel. Ni puedes bailar hasta que te duelan los pies; y principalmente no puedes abrazar a esa persona que quieres decirle FELICIDADES. Y uno se resigna escribirlo y sentirlo, pero expresarlo aun no es tan sencillo, aun no nos resuelve ese asunto lo tecnológico. 


Sin embargo, aquí están los buenos deseos de las teclas al ciberespacio.... Enhorabuena amiga, que seas feliz, que disfrutes tu matrimonio como tu vida misma. Que sepas el amor que te tengo y la alegría que me provoca ser tu amiga y haber podido compartir desde la virtualidad este día tan importante para ti...

Ha sido el camino.

86 días como estudiante de doctorado. Casi parece que fue ayer cuando escribía sobre la incertidumbre de quedar o no dentro del programa. Hoy es una realidad y confieso que es una muy pesada. Mucha tarea, muchas lecturas. Cansancio, desvelo, retos... y un cúmulo de sensaciones que van desde la alegría explosiva, hasta el llanto y la melancolía. A veces todos el mismo día.

Si ha sido el camino que quería seguir. Si es sin duda, algo que quería hacer, que ansiaba y que hoy veo como una realidad. La mudanza, los cambios, la nueva ciudad, lo nuevos compañeros. El reconocimiento de los terrenos sociales y culturales de Aguascalientes. El reto de una vida nueva en una casa nueva.

Confieso (como me encanta confesar aquí) que hay partes que no me gustan y que me sacan de mis casillas, pero asumo todas las partes (buenas y malas) como experiencias, como aprendizaje. Quizá soy de las "raras" del salón que no se queda de toda la tarea y los trabajos que nos dejan. No es que me parezca y me sienta cómoda, pero creo que en el fondo entiendo que este camino lo elegí yo, que nadie más va a vivir esta experiencia por mi y que si finalmente fue lo que decidí, no debería estar perdiendo el tiempo en quejas y lloriqueos. Si esto no me hace feliz, no tendría por qué seguir el camino...

Sin duda, hay sacrificios. Muchos. En todos sentidos y ámbitos. Sacrificios familiares, escolares, laborales, de mi relación en pareja. Se sacrifica la zona de confort. Lo cotidiano cambia, las amistades se diluyen en sus propias dinámicas (de las cueles dejas de ser parte) e irremediablemente cada vez tengo más claro que me estoy convirtiendo en otra persona. No mejor, ni peor que la anterior, simplemente diferente... y madurar y crecer y cambiar, siempre duele.

Pero aceptaré vivir sin dolor y gozar de esta etapa cada obstáculo y cada logro.

Esta es mi afirmación porque creo que este camino que decidí, me llevará a donde tengo que estar. Hoy por ejemplo, tengo que estar aquí y ahora.